BIENVENIDOS

Quiero contar muchas cosas
y compartir cada cosa que siento,
aportar mis ideas y que todos
tengáis algo que decir

Será poesías,
cuentos, opinión.

Aquí todo tiene cabida.



martes, 31 de mayo de 2011

LAS HORTALIZAS ESPAÑOLAS. (A mis lectores de Alemania)




Este artículo va principalmente destinado a mis lectores de Alemania y les agradecería que lo divulgasen entre su entorno y lo tradujesen al alemán a ser posible. Los recientes sucesos acaecidos en Alemania han llevado a la búsqueda de un chivo expiatorio que son las hortalizas españolas, supuestas transmisoras de una bacteria que ha originado muertes y muchos hospitalizados. Desde la República Federal se ha lanzado una campaña contra los vegetales españoles que huele sospechosamente a intereses creados. Este autor se pregunta a quien le puede beneficiar y por qué.

Para empezar a hablar, tengo que señalar que en España  se produjo hace treinta años un fraude alimentario que originó un envenenamiento masivo que trajo como consecuencia un mayor control sanitario de los alimentos y un endurecimiento de la normativa española hasta el punto que ningún alimento, tanto nacional como foráneo, no se puede poner en la mesa sin que hayan pasado todos lo controles sanitarios que marquen las leyes españolas. Aclarado este punto hace que sea muy difícil de probar la culpabilidad de los pepinos españoles del problema sanitario que padece Alemania pero hay una serie de puntos que hace que nos planteemos si ha sido una campaña orquestada para que el consumidor germano no compre productos españoles que resumiré en los siguientes apartados:

1-     El primer infectado coincidió con el mismo día que llegaron los pepinos españoles. Sin saber mucho de medicina, una infección de ese tipo se manifiesta pasados unos días de incubación en el organismo.

2-     Nadie del punto de origen de los pepinos ha sido infectado, lo que de por sí lo descarta totalmente.

3-     Todos lo infectados tienen una cosa en común “Hamburgo” y no España.


Veredicto: No culpable.

Señores de Hamburgo, ante el problema sanitario que tienen encima busquen soluciones pero jamás culpables. Ahora ¿quien repara el daño causado a la agricultura española una de las mejores de la Unión Europea? ¿Son conscientes de que han estado apunto de tirar por la borda miles de puestos de trabajo?

Deseo de corazón que el problema se solucione satisfactoriamente pero con MEDIDAS y nunca jamás con CONDENAS.

Nota: En el momento de terminar este artículo me acaba de llegar la noticia que las autoridades sanitarias de Hamburgo han exonerado de toda culpa a los pepinos españoles. Lo celebro, rectificar es de sabios.

sábado, 28 de mayo de 2011

SIENTO

 

Siento que sonríes envolviéndome,

creyendo un amor perenne.

Pero sé que estoy soñando

cuando toco tu cuerpo con mi yo

y creo ver tu desnuda piel
entre los pliegues de la oscuridad del dormitorio.

Siento tu sonrisa diciéndome que me amas,
y creo el tormento convertido en distancia,
sincerándome con una realidad
que pudo ser ficción.
Y tu paciencia me persigue,
sé que soy porque tú eres.
Y el lejos se convirtió en futuro.

Siento demasiadas cosas cuando me hablas.
Siento tu reír,
tu llorar,
tu vivir.
Pero también siento la prohibición apagada,
del último
que te ama.

HABLANDO A LO LEJOS



Escribo pensando que existes
sabiendo lo que nunca quisimos saber,
existiendo
en atronadora verdad del que habla,
del que sufre.
Alzando mi mano
para palpar el aire que rozó tu cara.

Y bailaremos
un hilo unirá los sentidos
y un te quiero
y una caricia dirá lo que sólo sabemos.

Sentirás el vacío de tu ausencia
del despertar del que espera
el subir del que baja
del que anhela
del que gana.

Los tiempos serán llegados
despertaremos del letargo
e Itaca siempre viajó con nosotros
y el Karma se renovará con su esperanzador pasado

No,
nunca sentirás lo mismo.
Estarás viva,
conociendo la distancia del que reza
del que te recuerda
y del que te siente.

El azar será caprichoso.

La unión se consumará

Un grito atronador te indicará el camino
en el azabache de tu mirar.
Correrás los velos del inmisericorde
Te alzarás, y tu sonrisa me dirá a tu espalda:
Regresaste.

SENTIDO



Crece la imaginación en tu sonido,
vuela mi vida en un cascarón vacío.
Pero no sabrás lo que amas
en la umbría inerte.
Ultimarás el camino de la sierra
que corta tu único lazo,
pero llegarás jubilosa del camino yermo.
Vencedor del ayer,
del camino castro.

Crecerá tu ira delirando una marca de ruido,
un hombre aparecerá de lo real,
recogiendo las ruinas de tu yo,
creando aquel leviatán que conocimos.

La bestia crecerá y nada sonará después de mí,
analizarás mis palabras,
sin encontrarles sentido.
Pero ya nada lo tiene en aquello que nos rodea.
Sentido, risa, incoherencia

MIRADA BOREAL



Mirada boreal perdida en horizontes,
memorias que se despidieron
saludos en pasado
abrazos en presente.

Y  llegas con tu sonrisa destejida
buscado un reflejo de mirada
sobre inviernos repentinos
sobre esperanzadores veranos.

Mirada boreal
¡grítame tu nombre!

Mirada boreal
cuéntame tu historia.

Mirada boreal
déjame llamarte vida.

Mirada boreal
déjame llamarte deseo.

miércoles, 25 de mayo de 2011

EL CUARTO DE LOS JUGUETES

  
       El invierno empezaba a alcanzar su plenitud cuando Ástor bajó a la Tierra en aquella última semana del año. Retornaba a Villa Serena por enésima vez. Pero su vigilancia siempre resultaba baldía, los adultos no creían en él y todo aquello era una misión imposible para la magia de la que había sido investido. Cuando partía, le intentaron alentar sus compañeros "Esta vez será distinto, Ástor, ¡ya lo verás!". Agradeció los ánimos y fue sin muchas esperanzas de regresar victorioso. Al llegar  a su destino, esperó tras la chimenea del salón los acontecimientos que podría deparar la noche.

         La nostalgia avanzaba por el ánimo de todos, cuando llegaron a Villa Serena aquel día de invierno atardecido, en el que venían a celebrar un veinticuatro de Diciembre de hace dos mil años. Eran siete personas, hombres y mujeres de edad cercana a la madurez. Únicamente se veían esa vez al año desde hace mucho tiempo. Quien sabe. Finalizadas las etapas infantiles de sus vidas, el nido que les significaba Villa Serena fue poco a poco desalojado por los siete cuando una profesión o un prometedor porvenir llamado trabajo les fue enviando a sus destinos.

         La vieja casa solariega era el punto de unión para ellos. Los gritos infantiles ya no eran escuchados en la villa familiar rodeada de un jardín más propio de los cuentos de Grim por sus centenarios árboles de hoja caduca. Pese a ser siete y estar en edad adulta, ninguno había formado familia, alegando que no estaban los tiempos para ello. Hoy no era rentable tener niños, hoy era incómodo un hijo. Ninguno quería dar el primer paso, quizás se habían vuelto demasiado independientes o demasiado egoístas. La sala de los juguetes del segundo piso estaba vacía y mustia. Parecía el arpa de Gustavo Adolfo Becker en espera de la mano de nieve que sabe arrancarla. Los niños, los bautizos y las comuniones, ya eran desconocidos. En aras del confort y la seguridad se sacrificaba injustamente el futuro y el proceso natural de renovación.

         Villa Serena envejecía con sus moradores temporales. Las risas y alborotos de quienes empezaban la vida permanecían ocultos en el recuerdo más recóndito. Los siete comensales a la cena, ya no alborotaban en medio de las reprimendas de los padres y tíos y la mirada indulgente de los abuelos. Sus mayores hacía tiempo que se marcharon por las imperiosas leyes de la vida. Ahora eran muchos menos que antes en la cena servida por la incombustible Lola que cuidaba la casa desde antes de que ellos nacieran. Seguían siendo sus niños pero les reprochaba la falta de otros con los que estar contándoles aquellos viejos cuentos de chimenea con los que intentaba contener  sus travesuras.

         Se acercaban las doce. En el árbol de Navidad no había juguetes. Los regalos eran para adultos, pero había en la cena esa alegría obligatoria que imponía la nochebuena, aunque ya sabían hacía años que ningún rey, parecido al tío Damián, bajaría por la chimenea y que el rey Baltasar no era negro.  Oyeron las campanadas y se intercambiaron los regalos. Todos se abrazaban  y se felicitaban. En esto, el menor de ellos con treinta y tantos años encima carraspeó y les dio la noticia.

-         Tengo que deciros algo.

         Sus hermanos y Lola le miraron con curiosidad. Las noticias personales no abundaban.

         - Me caso en Marzo. Cuento con vosotros en mi boda.

         Si un hurón entrase en un gallinero no causaría tanta tensión. Sus miradas eran incrédulas y asombradas.

         - No me miréis así. Aún no estamos en el día de inocentes.

         - ¿Quien es ella? - Preguntaba uno.

         - ¿La conocemos?- Preguntaba otra.

         -Es una alumna mía de la facultad.  Vivo con ella desde Febrero pasado. Además, vamos a ser padres, el médico dice que vendrán mellizos y...

         No le dejaron terminar. El menor casi perdió la respiración ante el torrente de abrazos y besos que tuvo que soportar durante diez minutos que le parecieron horas.  Ahora no era alegría protocolaria, era un retornar al pasado. Se sentían niños.

         - Sobrinos. -Dijo uno de ellos

         Lola palmoteaba contenta. Nacía una esperanza de que aquella casa rejuveneciera  a la vida, joven vida, y la idea de que los viejos cuentos volverían a brotar, le daba nuevas energías para seguir luchando.

         - Mañana limpiaré de arriba a abajo el cuarto de los juguetes.- Dijo sin poder contenerse.

         - El cuarto de los juguetes.- Dijo la hermana mayor.

         Se leyeron el pensamiento y subieron entre bromas y chistes al cuarto  de los juguetes, escenario de tantas cosas. Al encender la luz el recuerdo hizo acto de presencia, y un impulso recóndito les empujó a utilizar la amplia sala. Se veían como los niños que fueron. Risas, gritos, ruidos de trenes, pelotas y carritos volvieron a aparecer en escena.  Se encontraban cansados pero felices. Los juguetes cobraron vida con fuerza, en desagravio de haber quedado tantos años "en el ángulo oscuro, de sus dueños tal vez olvidados".

         Sonaban las ocho de la mañana cuando recuperaron la consciencia de la verdadera edad que tenían. Pero nadie se arrepintió. Bajaron a desayunar riendo y aliviados. Ahora Villa Serena no les parecía tan triste y melancólica y las Navidades les eran realmente Navidades.


         Ástor contemplaba sonriente la escena desde su escondite. Sentía por primera vez, desde hacía mucho tiempo, un agradable cansancio emanado del uso continuado de sus poderes en el cuarto de los juguetes. Era la hora de regresar, pero pensó que tenía todavía algo que hacer. Mientras los hermanos desayunaban, notaron en su interior como el deseo de la hermandad prendía en ellos más fuerte que nunca. Aunque quisieran entenderlo no lo conseguirían, Ástor ya estaba a muchos kilómetros de distancia entonando canciones de victoria.

LA HISTORIA ENTERRADA DE LA ALAMEDA DE VIGO

           Pasar por la Alameda de Vigo, para el que camina por el centro a diario, es algo repetido, de siempre. Allí,  uno se para, charla en las terrazas ante un café o se pasea distraídamente mientras repara en   los elevados árboles o en sus grandes (a veces vistosas) construcciones. Es cuando el observador se lleva una idea errónea de que el tiempo no pasó por allí y que todo fue siempre así. Si continúa caminando, el vigués anónimo aún tarda en llegar a un mar tapado por altos edificios y dos calles paralelas. Todo ello sin saber que donde están sus pies no era tierra firme sino mar, un mar que llegaba hasta  donde hoy está correos y que formaba parte del antiguo Arenal.


La Alameda en 1875

            Si entre el Vigo de hoy y el de 1900 hay diferencias,  imaginémonos el de 1859 en el que una muralla del siglo XVII la rodeaba con fines supuestamente defensivos. El lugar de nuestra historia no era el jardín presente sino una playa que con la bajamar dejaba un agua estancada que originaba problemas de salud por los malos olores que generaba. En consecuencia Vigo tenía dos problemas y como veremos la solución de uno resultaría la solución del otro.

            La muralla, construida en el siglo XVII durante el reinado de Felipe IV, además de ser inútil como defensa, impedía el crecimiento de una urbe en desarrollo. Podría ser mudo actor de hechos históricos de nuestra ciudad y hoy el tocarla sería impensable, pero esas veleidades no interesaban a los munícipes de entonces que lograron el permiso de Madrid para poner manos a la obra. En dos años fueron borrados del plano de Vigo partes de la muralla y partes de nuestra historia como fue el baluarte de la Pulga, las Puertas del Sol y la de la Gamboa (testigo de la Reconquista) y otros más. Ello generó más espacio abierto pero también muchos cascotes a los que se les encontraron pronta utilidad.

            Las antiguas piedras, ya cascajos, se utilizaron para ganar terreno al mar en ese arenal de aguas estancadas. Allí se depositaron como base de una futura tierra firme, luego vendrían encima la tierra; el jardín y los edificios después. Pasó el tiempo, es el presente. Cuando  paseamos, y gozamos de la Alameda pocos podríamos sospechar que bajo nuestros pies están lo que fueron otrora, tres siglos de nuestra historia local. Son piedras que no hablaban y que nunca podrán ya hablar. Pero así es la vida y así son las cosas.

domingo, 22 de mayo de 2011

A DON ANTONIO MACHADO



Días azules
sol de la infancia,
recuerdos de un patio de Sevilla.
Horas tornadas en minutos,
envidias de la virtud
que hicieron a Caín criminal.
Mientras que en la ancha Castilla
un niño sueña con su caballo de cartón.

La primavera te negó el milagro
te heló el corazón una de las dos Españas
¿Falta mucho para Sevilla?
Sí, en Francia
aquí al lado.
Adiós días azules
adiós sol de la infancia.




viernes, 20 de mayo de 2011

¡INDIGNAOS! PERO NO OS DEJEIS MANIPULAR

En estos días España está asistiendo aun fenómeno muy difícil de explicar  y que sería inconcebible hace tan solo diez años. Miles de personas acampan para manifestar su discrepancia y oposición al bipartidismo y al actual sistema electoral que deja fuera a las minorías. 

Las redes sociales posibilitan las convocatorias en vísperas de unas elecciones en que el partido del gobierno de España está en el peor momento de su historia. Lo que tendrían que ser unas simples elecciones municipales y autonómicas se ha convertido en un plebiscito al gobierno de Rodríguez Zapatero. Los sondeos dan por seguro un varapalo frente al partido de la oposición que podría arrasar en lugares impensables hace cinco años.

La crisis mundial, con sus dramáticas consecuencias, y la deficiente actuación para hacerle frente, cuando aún se estaba a tiempo   han contribuido a este sentir de muchos españoles, pero no es solo eso.

La clave de una autentica política social se reduce exclusivamente a una cosa: generar empleo y la única forma conocida es el apoyo a la pequeña y mediana empresa, la que más empleo crea en los periodos de vacas gordas. ¿Qué ocurre en España cuando alguien tiene una iniciativa empresarial? Sencillamente freírla a impuestos por parte de todas las administraciones. En este país con un gobierno central, con sus dos cámaras legislativas (el Senado sobra) y dieciséis autonomías con sus gobiernos y parlamentos correspondientes (autenticas máquinas de derroche) y los ayuntamientos y diputaciones provinciales (residuo del centralismo predemocrático) hace que el gasto se dispare de tal manera que los impuestos que se cobran al ciudadano hacen inviable cualquier iniciativa.

Y lo triste de esta situación es que   para suprimir el Senado y las autonomías (se ahorrarían millones de euros) es necesario prácticamente la unanimidad de la cámara y una vez aprobado habría que disolver las cortes  y convocar elecciones a cortes constituyentes para la reforma de la constitución.

Pero existe una grieta en la que los ciudadanos podemos atacar. Nuestra Carta Magna deja muy claro que la soberanía nacional reside en los españoles, pues estas reformas se pueden aprobar en referéndum  mediante una ley de la reforma política en que los ciudadanos dejarían bien claro lo que quieren y en base a dicha consulta la clase política (cada vez más alejada de nosotros) no tendría más remedio que efectuar las reformas que se les exige. Dejo las siguientes preguntas para la reflexión:

¿Necesitamos realmente un Senado cuando en muchos estados democráticos con una sola cámara  de representantes se arreglan sin problemas?

¿Necesitamos realmente 16 gobiernos autonómicos con todo el aparato que arrastran y el derroche ilimitado que originan con el dinero de todos?

¿Alguien sabe para que sirven las diputaciones provinciales y el gasto que generan?

¿No sería mejor que algunas competencias las asuman los ayuntamientos, administración más cercana a las personas de a pie?

De realizarse estas cuatro  preguntas anteriores:

 ¿Sería necesario rebajar pensiones y asfixiar a los españoles y empresas y autónomos con impuestos y estrambóticas multas de claro afán recaudatorio?

Que cada uno opine lo que en su conciencia considere correcto pero sí,  hay muchos motivos para indignarse y que los centros de las ciudades españolas se llenen. Pero ¡¡¡CUIDADO!!!
Muchos van a intentar pescar a río revuelto entre los indignados y querrán capitalizar el 15 de Mayo en beneficio propio fomentando extraños odios contra algunas formaciones políticas que si están donde están se debe al apoyo de millones de españoles en las urnas.  

Por eso digo alto y claro INDIGNAOS PERO NO OS DEJEIS MANIPULAR.  

Expresad lo que sentis pero acudid a votar,  porque es la mejor manera de mostrar vuestro parecer pero hacerlo sin odio y votando, no contra un partido sino a la opción que creáis mejor.  Sea el PSOE o el P.P. o IU o el último de los partidos,  da lo mismo, es vuestro parecer y es sagrado. Nadie os lo puede cuestionar ni reprobar.

Si queremos cambiar las cosas hemos de liberarnos de los prejuicios y de los odios, ninguna formación es dueña de la verdad a absoluta y ninguna tiene el derecho a etiquetar como antidemocráticos a su adversario solo porque, aún respetando el juego democrático, piensa distinto. Todos podemos gritar fuerte nuestro sentir y nuestra impotencia y frustración ante cosas y situaciones que  tenemos que aceptar. Estamos indignados y como diría el gran Sabina “nos sobran los motivos”.

Por ello insisto NO OS DEJEIS MANIPULAR.

Soy Mikel O`Ferdinand   y también estoy indignado.

martes, 17 de mayo de 2011

LA NUIT DEL FUNAN



     

            Siempre bajaba las escaleras lentamente, con  suavidad, intentando pasar desapercibida entre el humo tabaquil y los murmullos de los muchos alumnos y profesores que a aquellas horas de la tarde siempre abarrotaban la cafetería cercana a  la universidad.

            - ¡Hola Dafne!
            - ¡Hola Anatol!

            Dafne era menuda, pelirroja, con un cabello que le llegaba a la cintura y con unos ojos azul intenso de los que era imposible librarse si te atrapaban. De ella, Anatol únicamente conocía su nombre y que a aquella hora siempre bajaba lentamente las escaleras. Dafne le sonreía divertida, pero Anatol siempre envolvía su soledad de amigos, por lo que nunca podían intimar.

            Los profesores y los alumnos seguían llenando el local, después de las clases, con el humo barato de sus pitillos, haciendo una mezcla que servía de anestésico para los que allí querían descansar de tanto aburrimiento emanado del educador de turno. Era matemático. Todos los días, ella bajaba lentamente las escaleras de la cafetería con su carpeta de apuntes y libros de consulta y procuraba permanecer invisible ante los demás.

            - ¡Hola Dafne!
            - ¡Hola Anatol!

                Y Dafne se dirigía a la barra sin saludar a nadie  más de los allí presentes.           Mientras tanto, el tiempo discurría tranquilamente en la ciudad de los alumnos, con el constante "¡Hola Dafne!"  "¡Hola Anatol!" martilleando el runrún del local atestado de gente fuertemente armada con sus tazas de café.

Un día, calendario anunció que ya era Junio. Gritos, risas y borracheras despedían el curso en que Anatol se doctoraba. Y  él, tan solo sabía que se llamaba Dafne y que era la única persona a quien saludaba. Fue su última tarde allí. Por primera vez esperó solo en la cafetería, hasta que el coche de su primo Lucas tronó para decirle que marchaban. Consultó su reloj, ella no vendría. Pagó y abandonó la cafetería; no miró atrás.
           
            Surgieron veinte años en la vida de Anatol. Veinte años que lo habían convertido en un prestigioso catedrático y en la más alta autoridad reconocida en su materia. Con esas credenciales regresó a la cafetería que abandonara sin volver la vista. La decadencia se había adueñado del local, dejado por la multitud de profesores y alumnos que ya no paraban allí desde hacía tiempo. Por el camarero de turno se enteró que ese era el último día que abrían sus puertas.  Pidió un café e intentó retroceder en el tiempo sin conseguirlo. De pronto, como si algún duende leyese en sus pensamientos, sintió a su espalda como alguien bajaba lentamente las escaleras. Viró en redondo, no había cambiado nada, solamente tenía veinte años más, tal vez quince.
           
- ¡Hola Dafne!

            - ¡Hola Anatol! Supe que hoy era el último día, tenía que venir.

            - Dafne, yo...

            - Lo sé Anatol, tenemos muchas cosas que contarnos.

            Una tos premeditada del camarero les hizo ver que llegaba la hora del cierre. El mismo camarero les hizo un gesto para decirles que estaban invitados. Dafne se agarró del brazo de Anatol y abandonaron el local. En la entrada, unos operarios quitaban el vetusto cartel que dio nombre a la cafetería durante todos esos años. Por primera vez se percataron que aquel sitio de su juventud tenía  nombre propio. Leyeron las letras descoloridas, se llamaba "La Nuit del Funán". Se miraron sin entender el significado y rieron.

            Seguían agarrados del brazo y fueron caminando lentamente por las calles. Mientras caminaban, Dafne se apoyó en el hombro de Anatol, él la rodeó con su brazo. En ese preciso instante, una niebla iba envolviéndolos despacio, como si  los fuera disolviendo en el aire, quizás hasta desaparecer por completo.

domingo, 15 de mayo de 2011

MIS PALABRAS



Inspiraste las historias de mis poemas
recogiendo la cosecha fértil de mis palabras,
palabras escritas en bronce,
palabras que nos pertenecieron;
palabras nunca jamás compartidas.

Nunca rozaste mi rostro,
nunca sentiste la noche con mi mano,
despertaste sin mí a tu lado.
Tan solo hablaste,
tan solo quisiste
guardando como recuerdo
lo único que te quedaste:
Mis palabras.

viernes, 13 de mayo de 2011

A RAFAEL ALBERTI

 

Fuiste el último de una raza

contigo se fue un año legendario
bajo el signo de Góngora.
Generación que lo aportó todo
generación que no recibía nada.

Exilios, muertes y acatamientos
os fragmentaron
y el marinero dejó de estar en tierra.
Decidme tierras de España
¿habéis visto el caballo cuatralbo?
¿dónde el jinete del pueblo?
¿galopa por alguna parte?

Exilio de reflexiones entre ruinas romanas,
regreso  de concordias.
Ya no había sables en las Españas
y las banderas dejaban de ser tricolores.

El retorno de quien aplauden y honran
y la paz la tuviste en tu Andalucía eterna
Viniste y pudiste vivir tu España.
Aunque esta vez
no fuiste
a morir a Granada.



A MIGUEL HERNÁNDEZ




Como el toro, naciste para el luto
y unas rejas entre espasmos decidieron tu partida.
Víctima insigne de una victoria
de una liberación que nadie entendía,
mientras un dramaturgo,
entre codos y espaldas
escribía en carbón tu retrato
cincelado de golpes y memoria.

Poeta de las ovejas,
pastor de las palabras.
¿Dónde están los andaluces de Jaén?
¿dónde los aceituneros altivos?
Tal vez en una celda por preguntar
de quien eran
esos olivos.



jueves, 12 de mayo de 2011

TARDES DE OCTUBRE


Oigo a los críos gritar,
una hoja cuelga en mi ventana.
El suelo se ha vuelto marrón,
los árboles son ahora grises.
Tardes de Octubre,
sois aburridas.

Para un coche,
ruge una moto.
Pía un gorrión en mi ventana,
se subleva mi canario en su jaula.
Tardes de Octubre,
Sois aburridas.

El piano bosteza,
se acumulan sus notas.
Pasa otro coche
el grifo murmura en su goteo.
Tardes de Octubre,
Sois aburridas.

Surge la penumbra,
se manifiesta el otoño.
Crujen las hojas,
corren las nubes
gime una radio.
Tardes de Octubre,
¿por qué sois aburridas?

AQUELLA HISTORIA EN SANTIAGO


Era una lágrima que flotaba en el pasado,
narrando cuanto la quiso.
Era una historia desmigajada en charcos,
era una lágrima que me dijo aquella historia
que me narró aquel pasado.

A veces me pregunto
a qué llamamos pasado,
por qué los recuerdos son tan presentes
y por qué flota su silueta en mi recuerdo.

Veinte años en que nuestros labios
no volvieron a juntarse,
Veinte años de veredas separadas 
veinte años hueros de noticias.

Aquella noche de fiesta
esa caricia en su mirada
aquel beso en su portal.
Y una lágrima perdida
flotando en el aire
en mis recuerdos pasados.